Prensa Libre 28 Enero
R.J.W. 1985
EDUCACIÓN DE VALORES
En los años sesenta el mundo vivió la confusión y
transición de valores mantenidos sagrados por años y totalmente aceptados por
la sociedad. Valores nuevos surgieron de la misma, y chocaron con muchos
sectores produciendo la llamada brecha generacional.
Los jóvenes vieron discrepancias entre lo dicho y lo
actuado por los adultos. Lo que se exigía a los jóvenes y lo que hacían los
adultos era diferente. El sentido de “justicia” que todo joven siente como
parte de su desarrollo se agudizó y reclamaron su identidad propia.
Los movimientos “hippies”, pacifistas, la ruptura de
familias, descontento, desafío a la autoridad, cambio de valores y el cambio de
libertad a libertinaje caracterizaron esos años.
¿A dónde iba la sociedad?
En la década de los setenta, los educadores iniciaron
la enseñanza de valores a los jóvenes como parte del currículum formal de la
escuela. Existen desde esta época manuales y mucha literatura escrita sobre
cómo enseñarlos.
La escuela no puede enseñar valores específicos para
cada alumno. Hay valores familiares, sociales, personales y cada individuo
tiene que establecer un ser propio según su personalidad y su creencia. Al
trabajar con jóvenes es indispensable enseñar un sistema para llegar a valores
propios que durarán y guiarán sus actos durante la vida.
En una institución educativa que vela por la enseñanza
de proceso y no una netamente informativa, es necesario ayudar a los jóvenes a
establecer su propio proceso de cómo llegar a fijar sus prioridades de valores,
los que tendrán que sufrir evaluaciones constantes y a veces ser cambiados por
mejores. Si cada joven sabe el proceso y lo utiliza tendremos adultos
responsables y pensantes con buenos valores para la sociedad.
El proceso de clarificar valores está dividido en tres
áreas:
1. Escoger 2. Priorizar por importancia 3. Actuar
1. Escoger
a. Buscar alternativas y escoger entre ellas.
b. Escoger después de considerar las consecuencias.
c. Escoger libremente y sentirse bien por lo que ha
escogido.
2. Priorizar por importancia
a. Considerar lo más deseado e importante para sí
mismo, ahora y en el futuro.
b. Afirmar públicamente a otros su escogencia.
3. Actuar
a. Hacer algo en relación a su escogencia.
b. Hacer algo repetidas veces como para formar un
patrón de acción en su vida.
Básicamente,
las técnicas usadas en la clarificación de valores deberían tener como metas,
ayudar al individuo a:
Ø
Buscar
su propia forma de manejar problemas o situaciones y reconocer que cada persona
pueda hacer una selección diferente.
Ø
Examinar
las consecuencias, qué probabilidades podrían suceder para cada alternativa.
Ø
Hacer
decisiones personales basadas en una evaluación honesta y correcta de la
información que cada persona ha generado.
Utilizando este tipo de proceso en la clarificación de
valores, los resultados se dan de inmediato y con gran importancia y
significado para las personas que hayan tomado la decisión y no es presa fácil
a la presión de otros o de grupos para actuar en forma no acorde a sus valores.
Las técnicas mencionadas pueden ser utilizadas
individualmente, en grupos o con familia. Son alegres y permiten la
participación de todos; cada persona piensa sobre preguntas difíciles y
retadoras, con metas serias de aprendizaje para lograr establecer un patrón de
valores personales.
La esperanza es que cada uno conozca el proceso para
así ayudar a los jóvenes a aprenderlo y luego utilizarlo en su propia
clarificación de valores. Nuestra obligación como padre, madre, maestro, amigo
o simplemente persona interesada es asegurar que la juventud tenga directrices
en su desarrollo.
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