LIDERAZGO DEL SIGLO XXI
(I Parte)
Por Raymond J.
Wennier
Desde hace más de 20 años he venido pensando sobre
las características y conducta de un líder y su función en una organización.
Ahora es de urgencia pensar ¿Quién es o quien puede ser un líder para el siglo
XXI? Es muy diferente ahora que hace 30 años. La sociedad es
diferente, las demandas de la gente en la sociedad globalizada son diferentes
también. A continuación comparto mis ideas y criterios acerca de algunas de las
habilidades requeridas hoy día para ser un líder que realmente hace que las
organizaciones públicas y privadas crezcan para poder satisfacer las necesidades y
demandas de las sociedades del siglo XXI.
En primer lugar considero que el tiempo puede ser un amigo o su peor enemigo. La
sociedad moderna es rápida en todos los sentidos de la palabra. Es precisamente
por eso que el líder tiene que encontrar un espacio en el día donde tiene
silencio, apartado de todas sus
actividades para MEDITAR. Eso
suena como un monje enclaustrado, pero es ejercitar el pensamiento de la METACOGNICIÓN. Metacognición es el pensamiento sobre sus
propios pensamientos, es la auto-evaluación de qué está haciendo y como lo está haciendo. Es el
momento cuando debe hacerse la pregunta ¿Cómo realmente debería ser nuestra
organización dentro de 30 o 40 años? Es
el momento donde el líder se hace las siguientes preguntas: ¿Qué es posible,
qué es deseable, qué es probable? Luego, hay que preguntarse ¿Qué tenemos que
hacer (cambiar) para estar preparados para ese futuro? Todo el mundo cree que
para ser un gran líder se puede seguir un recetario de qué cosa hacer y así
llegar a ser el líder fantástico. No podemos caer en la trampa de hacer lo que
otros nos dicen qué hacer y cómo hacerlo.
El líder tiene que hacer uso de
la palabra “HEURISTIC”, que viene del griego que significa “La ciencia
del descubrimiento”. Es la necesidad de usar varios métodos que motivan a sí
mismo y a las otras personas en la organización a aprender cosas nuevas para
innovar activamente para sobrevivir en una sociedad globalizada y de esos
cambios rápidos. Solamente puede lograr todo lo anterior si haya momentos
tranquilos para PENSAR y no siempre
ser BOMBERO, apaga fuegos.
En segundo lugar, hay que estar
consciente de su actitud acerca
de dos términos: A. Grupo y B.
Gente. ¿La organización realmente
trabaja basada en el criterio de trabajo en equipo o es solamente del
diente al labio? ¿Es el “gurú” de la organización quien manda y los miembros
del grupo sólo hacen lo que les dice?
Jack Welch tomó las riendas de
General Electric en 1980 y veinte años después había aumentado el valor de la
compañía en $476 billones. ¿Cómo lo hizo?
Enfatizó el trabajo en equipo. Iba
a las fábricas a hablar directamente con los trabajadores, a preguntarles cómo
estaba todo y qué pensaban sobre lo que estaba pasando en la empresa. Quiere
decir que Jack Welch buscaba el diálogo y sobre todo la retroalimentación
de los trabajadores. El tomó en serio al ser humano y su potencialidad.
Enfatizó el trabajo en equipo.
Eso me trae a la tercera
consideración que son las COMUNICACIONES. Las comunicaciones en las
organizaciones en el siglo XXI pueden tomar varias formas. De nuevo es una
actitud de que si el líder quiere que
todos estén informados o no. No hay razón de que haya falta de una buena comunicación. El que
controla la información tiene el poder y por lo tanto, con sólo saber cómo es
el flujo de comunicaciones en una organización se sabe cómo es el líder,
utilizando una Teoría X o una Teoría Y en la dirección de esa organización.
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