jueves, 25 de septiembre de 2014

SOLUCIÓN DE PROBLEMAS

La persona que puede entender el conflicto y lo que conduce a él, será más capaz de prevenirlo o resolverlo. Aunque algunos antagonismos se puedan evitar, hay otros que es mejor aclarar, a fin de que no vayan en aumento y escapen a nuestro control. A continuación, hay algunos métodos para hacer que esto sea más fácil:

1, Aprender a reconocer y aceptar las diferencias entre las personas, sus esperanzas, necesidades, personalidades y procedencias.
2. Escuchar atentamente lo que dicen los demás en lugar de dar opiniones sin pensar.
3. Distanciarse un poco de nuestra forma de hacer las cosas para conocer mejor a las personas con las que solemos entrar en conflicto. Una vez nos hayamos comprendido a nosotros mismos, intentemos comprender por qué los demás se comportan de ese modo.
4. Ver las cosas desde el punto de vista ajeno, en lugar de dar por hecho que siempre tenemos razón y que los demás están equivocados.
5. Aceptar que no siempre es posible que todos estén de acuerdo. Si no se permite esta falta de consenso, los demás se pueden enfadar, sentirse inseguros o ponerse a la defensiva.
6. Dar la oportunidad al resto de participantes de decir lo que piensan, pero pidiendo que lo hagan positivamente en lugar de ser agresivos.
7. Una vez se haya encargado de la situación conflictiva, vea qué puede aprender de ella.
                           
Los conflictos se han de solucionar de la forma más positiva posible. Por lo general, se puede conseguir de uno de los siguientes modos, dependiendo de que exista un verdadero entendimiento de la situación que se tiene entre manos:
1. Simular que realmente no hay disensión. Si el asunto no es muy importante, este método puede funcionar, al igual que también dará resultado si la situación se puede posponer fácilmente.
2. Restar importancia a la diversidad de opiniones, especialmente si el caso requiere que la relación entre los implicados sea armoniosa. Esto puede funcionar siempre que el tema no sea muy importante.
3. Utilizar la autoridad para influir en la situación. Cuando uno de los implicados posee una autoridad reconocida y aceptada por los demás, puede influir en la situación como desee, incluso hasta el punto de lanzar un ultimátum. Esto puede aportar una solución inmediata al conflicto, pero no favorece mucho la relación entre los implicados.
4. Comprometerse. Cuando dos personas (o dos grupos de personas) hacen todo lo posible por ceder un poco para satisfacer sus necesidades mutuas.
5. Colaborar. Cuando todas las personas que trabajan por una meta común (en la que cada uno se da cuenta de que ésta es más importante que los individuos), acuerdan resolver un conflicto a través de la colaboración. Este método requiere tiempo, esfuerzo, ganas de que funcione y una cierta habilidad para la negociación.



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