LIDERAZGO QUE FUNCIONA
(ll de ll)
Raymond J.Wennier
Continuando con el tema, nos
quedamos exponiendo los puntos que hacen del LIDERAZGO una acción de
aprendizaje. Planteamos la necesidad de un liderazgo compartido, que dé a todos
los miembros de una organización o empresa la oportunidad de formarse y
demostrar que es capaz de, con auto-confianza y con conocimiento,
puede asumir la autoridad en un momento dado. Hablamos también de construir
“comunidad” con visión “común” y con metas alcanzables.
Creemos que hoy día hay pruebas más que
suficientes para demostrar que dentro de la “comunidad” a la que nos referimos
anteriormente, hay personas que pueden en un momento dado, asumir el liderazgo mejor
que quienes tienen esa posición. La “comunidad” se beneficia más al asumir ese
tipo de actitud, que si, por temor, conformismo o timidez, no asume su papel
responsable dentro de la organización y continúa con la autoridad formal
nombrada, aunque demuestre no ser competente. Esa es la diferencia entre dos
empresas una despega y demuestra cómo
obtener el éxito y otra que se mantiene pero que no crece mayor cosa.
Por eso, la acción de LIDERAZGO deber ser una
“empresa” compartida y la base para la democratización de la organización. Es
una acción de realmente escuchar (calle de dos vías) a sus miembros, no
simplemente fingir que se les escucha y luego hacer las cosas como quien tiene
la autoridad, quiere o piensa que debe ser y luego no logra explicarse por qué
sus miembros están frustrados o descontentos. Es tomar en cuenta las ideas y
opiniones calificadas de los miembros de esa “comunidad”. Es una forma de tener
una autoridad sólida, basada en bases comunes y de respeto entre los
componentes de esa “comunidad”. Cuando se aprende a escuchar hay una acción de
aprendizaje. Podemos hablar de un liderazgo que aprende y enseña constantemente,
que es dinámico, se convierte en un verbo.
EL LIDERAZGO requiere de la redistribución
del poder y de la autoridad. Dicho en otra forma, es dejar que otras personas
dentro de la organización, demuestren que tienen la autoconfianza y la
capacidad de asumir el poder y la autoridad informal en el momento en que la
organización lo necesita para cumplir visiones y metas comunes a todos los
miembros de esa “comunidad”.
Los
anteriores son los elementos que distinguen una empresa u organización con otra
y el grado de éxito que demuestren tener. Su estilo de LIDERAZGO las define.
Lo más
difícil de logar es crear un verdadero sentido de “comunidad” con visión
compartida y con metas comunes.
He
abogado por mucho tiempo porque la enseñanza formal, a todo nivel, incluya el
valor de la COLABORACIÓN como parte integral en el currículo. No es posible que
los jóvenes guatemaltecos salgan del nivel diversificado con la única actitud
de ser “competitivos” para entrar a la fuerza laboral cuando realmente lo que
deben tener es un sentido de cómo formar “comunidad” y ser parte de ella. Lo más
necesitado de reconstrucción en Guatemala es el tejido social y esto se logrará
cuando todos sepamos formar “comunidades” y sentirnos parte vital de ellas.
Sin
embargo, esos conceptos no se han generalizado en organizaciones guatemaltecas
de acción comercial, mercantil, social, educativa, benéfica o de otro tipo.
Estamos en el Siglo XXl; si queremos tener más éxito en todo sentido, en las
organizaciones en las que participemos o
no, es necesario hablar de liderazgo como una ACCIÓN, un VERBO y no como
un sustantivo.
Hay
que repensar su significado. Esta será la ACCIÒN que hará la diferencia. No el
puesto, ni la persona, la ACCIÒN y la COMUNIDAD harán la diferencia.
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