miércoles, 5 de agosto de 2015

Ser,Conocer,Hacer

LIDERAZGO QUE FUNCIONA (ll de ll)
Raymond J.Wennier

Continuando con el tema, nos quedamos exponiendo los puntos que hacen del LIDERAZGO una acción de aprendizaje. Planteamos la necesidad de un liderazgo compartido, que dé a todos los miembros de una organización o empresa la oportunidad de formarse y demostrar que es capaz de, con auto-confianza y con conocimiento, puede asumir la autoridad en un momento dado. Hablamos también de construir “comunidad” con visión “común” y con metas alcanzables.

    Creemos que hoy día hay pruebas más que suficientes para demostrar que dentro de la “comunidad” a la que nos referimos anteriormente, hay personas que pueden en un momento dado, asumir el liderazgo mejor que quienes tienen esa posición. La “comunidad” se beneficia más al asumir ese tipo de actitud, que si, por temor, conformismo o timidez, no asume su papel responsable dentro de la organización y continúa con la autoridad formal nombrada, aunque demuestre no ser competente. Esa es la diferencia entre dos empresas  una despega y demuestra cómo obtener el éxito y otra que se mantiene pero que no crece mayor cosa.

   Por eso, la acción de LIDERAZGO deber ser una “empresa” compartida y la base para la democratización de la organización. Es una acción de realmente escuchar (calle de dos vías) a sus miembros, no simplemente fingir que se les escucha y luego hacer las cosas como quien tiene la autoridad, quiere o piensa que debe ser y luego no logra explicarse por qué sus miembros están frustrados o descontentos. Es tomar en cuenta las ideas y opiniones calificadas de los miembros de esa “comunidad”. Es una forma de tener una autoridad sólida, basada en bases comunes y de respeto entre los componentes de esa “comunidad”. Cuando se aprende a escuchar hay una acción de aprendizaje. Podemos hablar de un liderazgo que aprende y enseña constantemente, que es dinámico, se convierte en un verbo.

       EL LIDERAZGO requiere de la redistribución del poder y de la autoridad. Dicho en otra forma, es dejar que otras personas dentro de la organización, demuestren que tienen la autoconfianza y la capacidad de asumir el poder y la autoridad informal en el momento en que la organización lo necesita para cumplir visiones y metas comunes a todos los miembros de esa “comunidad”.

Los anteriores son los elementos que distinguen una empresa u organización con otra y el grado de éxito que demuestren tener. Su estilo de LIDERAZGO las define.

Lo más difícil de logar es crear un verdadero sentido de “comunidad” con visión compartida y con metas comunes.

He abogado por mucho tiempo porque la enseñanza formal, a todo nivel, incluya el valor de la COLABORACIÓN como parte integral en el currículo. No es posible que los jóvenes guatemaltecos salgan del nivel diversificado con la única actitud de ser “competitivos” para entrar a la fuerza laboral cuando realmente lo que deben tener es un sentido de cómo formar “comunidad” y ser parte de ella. Lo más necesitado de reconstrucción en Guatemala es el tejido social y esto se logrará cuando todos sepamos formar “comunidades” y sentirnos parte vital de ellas.

Sin embargo, esos conceptos no se han generalizado en organizaciones guatemaltecas de acción comercial, mercantil, social, educativa, benéfica o de otro tipo. Estamos en el Siglo XXl; si queremos tener más éxito en todo sentido, en las organizaciones en las que participemos o  no, es necesario hablar de liderazgo como una ACCIÓN, un VERBO y no como un sustantivo.

Hay que repensar su significado. Esta será la ACCIÒN que hará la diferencia. No el puesto, ni la persona, la ACCIÒN y la COMUNIDAD harán la diferencia.




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