Virtudes
y valores ll de lll
La Hora 18 de Julio
2013
R.J.W.
La semana pasada hablamos de
las cuatro virtudes universales que son la base del actuar del ser humano para
vivir en armonía en la comunidad.
Muchas veces la palabra
valor es confundida con la palabra norma.
Normas son reglas impuestas
para ordenar el comportamiento determinado.
Los valores universales son
personales para el ser humano y son los que determinan nuestras actitudes y con
ellos podemos ser juzgados como buenos o
malos por la sociedad.
La palabra valor-an me asusta hoy día porque da la libertad a
cada persona de plantear cualquier deseo personal como valor y se pretende que
el deseo sea reconocido por otras como correcto sólo porque es lo que se piensa
y actúa acorde.
Es por eso que la sociedad
actual está en un desbalance donde parece que no hay una guía universal para
que las personas en la sociedad vivamos armonía.
De nuevo, es la persona en
su interacción con otra, en la sociedad, la que demuestra en el comportamiento
del individuo, si rige su vida por valores y en algunos casos por antivalores.
Como mencioné en el artículo anterior, la palabra corrupción está en boca de
muchos. Veamos ahora las que deberían sustituirla. Debería estar la palabra honradez.
Significa que hay confianza en las personas, de que el individuo hace lo
correcto siempre. Otra que debe
incluirse, cooperación, entre nosotros; el ser humano quiere progresar
para alcanzar objetivos y así mejorar día a día. Deberíamos ser solidarios para
con otros. El movimiento cooperativista es un ejemplo de cómo unas personas en
conjunto se ayudan unas a otras para progresar juntos. Otra palabra que
significa ser consecuente con otras, es bondad, la inclinación de hacer
el bien a otros. Debería ser el valor supremo en la conducta humana. Tomando en
cuenta a las otras personas, hay que enseñar el respeto hacia los demás.
Es reconocer que cada ser humano tiene dignidad, que es un derecho inherente a
todos porque nos viene de Dios. Dentro del respeto cabe el término igualdad.
El respeto tanto por sí mismo, para su pareja, familia y miembros de la
sociedad en general; da lugar a una fuerza en la unión y la armonía, que se
llama amor. Dentro de la unión armónica nace la capacidad de atender,
escuchar a otras personas y respetar sus opiniones. También se puede agregar la
igualdad de expresión. Esto es la tolerancia que debe existir en la
diversidad. Podemos hablar de la paz que garantiza la armonía en y entre todos
los seres humanos si practicamos la tolerancia. La libertad es el valor
que nos da a todos el derecho de escoger por nosotros mismos entre alterativas
que se presenten en nuestra vida. Por último, la responsabilidad, que es
la capacidad de responder correctamente a compromisos con la familia y con el
trabajo. Seguiremos
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