1.
La fundación del Banco
Central: la reforma de Orellana
2.
Los orígenes legales e institucionales del
actual sistema de banca central en Guatemala se remontan al período de la
reforma monetaria y financiera de 1924-1926. Entonces, fue creado el Banco
Central de Guatemala como establecimiento de emisión, giro y descuento, de
carácter privado y con participación del Estado como accionista. Esta reforma
culminó durante el mandato del General José María Orellana (1921-1926), y fue
conducida en su etapa final por un equipo bajo el liderazgo del Licenciado
Carlos O. Zachrisson (entonces Ministro de Hacienda), que trabajó sobre la base
de los estudios técnicos elaborados por el profesor EdwinWalter Kemmerer, de la
Universidad de Princeton.1
3. El origen de esta reforma se vincula a los graves
desequilibrios monetarios y financieros que ocasionó el régimen monetario
anterior, basado en la existencia legal de un oligopolio de bancos emisores
reglado por el gobierno de Manuel Estrada Cabrera, que generó una gigantesca
deuda del gobierno para con esos bancos. En 1919, el propio gobierno de Estrada
Cabrera invitó al profesor Kemmerer para estudiar las condiciones monetarias
del país y hacer las recomendaciones que el caso ameritara para emprender la
reforma. Kemmerer recomendó, entre otras medidas, el establecimiento de un
banco central que sería el agente fiscal del gobierno y que tendría el derecho
exclusivo de emitir billetes.
4. Ese intento de reforma se vio frustrado por una serie de
eventos políticos y económicos (como los derrocamientos de los presidentes
Estrada Cabrera y Manuel Herrera). No fue sino hasta en 1924 cuando el
presidente Orellana invitó de nuevo al profesor Kemmerer a visitar el país y
proponer un plan de reforma financiera. Antes de ello, en 1923, Orellana había
promulgado un decreto que establecía una "Caja Reguladora" para
estabilizar los tipos de cambio, la cual se convertiría en el embrión del Banco
Central de Guatemala. En noviembre de 1924 fue promulgada la Ley Monetaria de
la República de Guatemala, que daba vida a la nueva unidad monetaria, el
Quetzal, bajo el régimen del patrón oro clásico. En 1925, el gobierno publicó
las bases de lo que debería ser el banco central y solicitó propuestas de
redacción de la ley correspondiente a los diferentes sectores interesados.
Finalmente, mediante Acuerdo Gubernativo del 30 de junio de 1926, se fundó el
Banco Central de Guatemala, que coronó la obra de la reforma económica del
Gobierno de Orellana.
5. Las reformas emprendidas pusieron fin a la emisión
monetaria desordenada, crearon un respaldo real a la moneda nacional,
estabilizaron su paridad e instauraron el orden en los flujos bancarios y
financieros del país. Sin embargo, como se puede adivinar, el proceso mismo de
la reforma fue sumamente complicado, como lo demuestra la propia crónica
orellanista de los hechos (La Administración del General José María Orellana y
el Arreglo Económico de Guatemala):
6. "No se consiguieron todos estos resultados sino al
cabo de una cruenta lucha contra toda serie de obstáculos. Como fácil es
suponer, todos los intereses creados, añadidos a los pequeños intereses de la
política, se pusieron en juego, al principio para desacreditar el plan
propuesto y en seguida para ponerle trabas y obstáculos a su desarrollo. Fácil
es considerar lo que esta lucha significó en un ambiente de por sí pesimista y
en donde la voz de las pasiones, los intereses y la política menuda, encuentra
siempre fácil eco. Hubo que luchar enérgicamente, en la acción, en el gabinete
de trabajo, en la prensa..."
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