viernes, 10 de octubre de 2014

ESCUCHA ACTIVA

La escucha activa significa escuchar y entender la comunicación desde el punto de vista del que habla. ¿Cuál es la diferencia entre el oír y el escuchar? Existen grandes diferencias. El oír es simplemente percibir vibraciones de sonido. Mientras que escuchar es entender, comprender o dar sentido a lo que se oye. La escucha efectiva tiene que ser necesariamente activa por encima de lo pasivo. La escucha activa se refiere a la habilidad de escuchar no sólo lo que la persona está expresando directamente, sino también los sentimientos, ideas o pensamientos que subyacen a lo que se está diciendo. Para llegar a entender a alguien se precisa asimismo cierta empatía, es decir, saber ponerse en el lugar de la otra persona.
Para demostrar interés y compromiso con la persona que intentemos comunicarnos ya sea nuestro jefe o compañero de trabajo, la escucha activa es esencial. Existen 6 hábitos que solemos practicar y que pueden ser muy perjudiciales para la escucha eficaz.

1.    El Impostor: utiliza todos los signos exteriores: asentimiento, contacto ocular, parafraseo. No está concentrado en el otro. Su mente está en otra parte.
                                                                                 
2.    El interruptor: no deja terminar al otro, no hace preguntas que aclaren algo, ni pide más información. Está demasiado ansioso por hablar y no presta mucho interés al que habla.

3.    El intelectual: está siempre intentando interpretar lo que dice el interlocutor y por qué. Juzga las palabras del otro e intenta etiquetarlas dentro de su lógica. No suele preguntar sobre los sentimientos o emociones que están detrás del mensaje.

4.    El conector: utiliza las palabras de su interlocutor para iniciar su mensaje. Cuando el otro dice cualquier cosa, el conector le roba el foco de atención y lo cambia a su punto de vista personal, opinión o historia. Sus palabras favoritas son: “…eso no es nada, fíjate  lo que me pasó a mí…”

5.    El refutador: sólo se escucha para hacer una refutación del mensaje del otro. Quiere utilizar las palabras de su interlocutor contra él. Y lo peor es que trabaja en tus argumentos para demostrarte que estás equivocado. Por lo menos, te permite ver otro punto de vista.

6. El consejero: siempre dispuesto a prestar ayuda; sin embargo, a veces, este comportamiento interfiere con la escucha activa porque no le deja a su interlocutor mostrar sus sentimientos o emociones. No le ayuda solucionar problemas y a veces incluso los minimiza con soluciones rápidas.

¿Cuál sueles practicar tú?



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